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lunes, 19 de febrero de 2024

"Silbando mi alegría" es un poema alegre de rechazo a la sociedad

Cuando no eres del grupo estándar te sientes muy poco acogido

En este poema intenté imaginar una historia divertida sobre mi cotidianidad en Barcelona, a la vez expresaba mi inconformidad con el trato, la actitud y los prejuicios de la gente hacia mi manera de verme como un joven de estilo agresivo y estrambótico que era.

Sin duda podía tener mas o menos razones para quejarme sobre eso, pero lo que es seguro es que la sensación de rechazo, sobrecontrol y la multitud de miradas criticas me hacían odiar un poco el entorno.

En un poema que claramente refleja un sentimiento de rechazo hacia la sociedad.


POEMA:

Venía yo silbando

mi alegría por las calles,

me sentía admirando

la energía de los valles,

cuando de repente andando

vi policía ante a la Salle...


Y pensé: un cole pijo,

problemas de psiquiatría,

nada nuevo en el paisaje..

Así que, silbando mi alegría

yo seguía por la calle Gran Vía,

cuando de pronto en mi día

aterrizo un aterrizaje,

era un avión de papel

y venía con mensaje...


Y pensé que algún día

alguien me dijo:

“recoger mierda del suelo

no le suma a tu equipaje,

siempre hay que tocar todo

para hacer buen peritaje,

si no se come ni se fuma

lo escupes como un salvaje”


Así que ante aquel papel

me reverencie cual paje

y recogiéndolo del suelo

y levantándolo cual pluma

en la mano de un puma,

rugí a los cuatro vientos:

“mirad lo que aquí les traje,

es el avión de mi locura

y mi locura se calcula con metraje.

por la boca tiro espuma

y mis noches oscuras

mi alma anda de viaje”


Después de tal tontería

me gire a ver la Gran Vía

y vi que mientras yo reía

una bruma miradas

atacaban mi personaje,


Vi una monja santiguarse.

Vi una esposa abrazarse

al torso de marido...

Vi una coja apresurarse

y una morbosa prepararse

para ver algo jodido.


Y pensé: esto es un montaje

o será que lo que aquí les traje

les parece interesante

a esta panda de ignorantes

y podridos?


Me voy a poner un traje,

me podré de pie en el banco

y gritaré en sus oídos,

“mi locura se calcula en porcentaje,

no pidan que me relaje

o me pongo a soltar ladridos”